1 cuota de $25.000,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $25.000,00 |
3 cuotas de $9.960,00 | Total $29.880,00 | |
6 cuotas de $5.678,33 | Total $34.070,00 | |
12 cuotas de $3.792,92 | Total $45.515,00 |
3 cuotas de $8.333,33 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $25.000,00 |
6 cuotas de $4.749,58 | Total $28.497,50 | |
9 cuotas de $3.375,28 | Total $30.377,50 | |
12 cuotas de $2.698,13 | Total $32.377,50 |
9 cuotas de $4.402,50 | Total $39.622,50 |
Primeramente uno de los shooters en primera persona más llamativos e innovadores que nos va a dejar este 2011, pero también una apuesta prácticamente a vida o muerte para sus responsables. Los chicos de Splash Damage tienen ante sí su mayor reto: crear una IP completamente nueva desde cero y hacerla funcionar con el éxito de público con el que no han contado sus proyectos precedentes; los alternativos Enemy Territory de temáticas Wolfenstein y Quake.
Ahora presentan como decimos su nuevo juego de acción en primera persona, una fantasía futurista que se separa muy mucho en lo artístico de sus títulos precedentes, pero que sigue volcándose en el apartado multijugador como vínculo hacia lo que habían venido haciendo hasta la fecha. Un título que casi podría etiquetarse de mundo persistente puesto que todo lo que hacemos queda registrado, y su mayor diversión reside en superarlo acompañados.
Más allá de ello el interés de Brink es escaso, lo que significa que si nuestra intención es la de disfrutarlo en solitario debemos borrar la idea de comprarlo de un plumazo. Todo el título está concebido para sacarle partido on-line, y es que no sólo los objetivos pueden resultar repetitivos si los abordamos sin compañía, sino que además la IA es bastante deficiente. Todo lo contrario en su vertiente de juego acompañado, donde la diversión se multiplica y comprobamos lo que de verdad Splash Damage quería para su videojuego.