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La semana de Silent Hill en Europa concluye con el lanzamiento de Silent Hill 2 y 3, dos de las mejores entregas de la saga que han sido convenientemente remasterizadas en HD para recordarnos los brillantes inicios de la IP. Si un usuario quiere saber qué es el survival horror pocas ocasiones mejores que ésta tendrá para descubrirlo, y si el aficionado conoce el género es el momento perfecto para recuperarlo. Muy recomendable.
Aestas alturas sólo los más incondicionales fans de la saga Silent Hill son incapaces de reconocer que el momento de la IP está muy lejos de ser el mejor, y es que en los últimos tiempos hemos vivido brillantes entregas en portátiles y Wii como Shattered Memories u Origins, pero otras muy alejadas de los estándares de calidad de la franquicia como Homecoming o Downpour. ¿Los motivos? Konami, con intención de rejuvenecer o refrescar el aspecto de la marca han optado por relegar al equipo habitual y escoger para su desarrollo a estudios europeos francamente inexpertos que han efectuado títulos más que aceptables pero menores dentro del universo.
De hecho el lanzamiento del discreto Downpour, a nuestros ojos el peor Silent Hill hasta la fecha, se ve complementado esta misma semana por un maravilloso guiño a los fans: la puesta a la venta de su HD Collection. Este recopilatorio trae consigo los episodios segundo y tercero de la terrorífica saga de Konami, dejando de lado el primer capítulo lanzado en 1999 en la primera PlayStation (probablemente apartado por su antiquísimo apartado gráfico en una decisión que no acabamos de comprender), y también olvidándose del estimable The Room, que ciertamente marca el declive de la saga, pero que según nuestra opinión sigue siendo un título francamente notable y del que Konami ha aducido para retirar razones relacionadas con la "falta de interés de los fans por él".
Así pues, y pese a que no estamos en absoluto de acuerdo con la elección de los videojuegos que conforman el pack puesto que estimamos que faltan episodios clave, lo cierto es que son consideraciones que es imposible no dejar de lado cuando tenemos la oportunidad de volver a sumergirnos en el fascinante mundo de Silent Hill con dos de sus mejores muestras. Cierto que renovar el apartado gráfico puede ser la faceta menos importante de un juego como éste, donde lo tecnológico tiene menos importancia que la historia, la ambientación o lo bizarro de las situaciones a las que enfrentarse; pero cierto también que un lavado de cara en aspectos como la resolución, el tratamiento de la luz o el audio son el motivo perfecto para volver a darse un nuevo paseo por los terrores más irracionales.
La historia de James y la de Heather forman ya parte del imaginario colectivo. HD Collection nos permite vivirlas una vez más.
Inner DreamsRefrescante. Dejando de lado el reservado momento de forma por el que atraviesa la saga Silent Hill, lo cierto es que sus mejores episodios son un ejemplo de la atemporalidad del videojuego. ¿A qué nos referimos? La mejoría visual y sonora es obvia, y francamente agradecida aunque algo insuficiente, no obstante las mayores virtudes de aquellos ya algo lejanos videojuegos de Konami estribaban precisamente en lo que no puede mejorar ni empeorar con el tiempo: la experiencia jugable.
En este sentido el juego más redondo de la saga al completo sea, probablemente, Silent Hill 2. Dejando de lado la sorpresa que supuso el original, que como ya hemos señalado no aparece en este recopilatorio, lo cierto es que la historia de James Sunderland es probablemente la más adulta, profunda y compleja que se ha contado en ningún videojuego de terror, y también casi con toda certeza una de las más brillantes desde el punto de vista jugable.
Lo que nos cuenta esta segunda parte es la epopeya de un hombre por encontrar a su mujer Mary, esposa que murió hace ya cierto tiempo pero que ha vuelto a dar señales de vida enviándole una carta. Con la intención de averiguar qué oscuro secreto se esconde tras este misterioso hecho, James se embarca en un viaje inusualmente lúgubre al "lugar especial" que la pareja compartía, y que le lleva directamente a la siniestra Silent Hill. El hilo narrativo se movía con enorme inteligencia en este título originalmente lanzado en 2001, y goza de idénticas virtudes ahora en pleno año 2012... ¿Cómo lo consigue? Principalmente tratando temas inusualmente adultos como la desaparición de seres queridos, pero también otros tremendamente bizarros e incómodos como la violación, la proyección mental de los miedos y las incurables cicatrices de la memoria.
Puede que Silent Hill 2 sea el que peor ha envejecido de los dos videojuegos, pero a nivel conceptual y argumental es una joya.
La tercera entrega, por su parte, es quizá menos brillante desde el punto de vista argumental, pero también nos deja una historia muy potente. En 2003 conocíamos la historia de Heather, que comienza su aventura en un centro comercial pero que rápidamente conocerá a personajes tan memorables y estrafalarios como Douglas o Claudia, y que tendrá que desmantelar una complicada trama que hará referencia a su padre con el que vive en una gran ciudad. A grandes rasgos es todo lo que podemos contar sobre Silent Hill 3 sin caer en los siempre desagradables spoilers, pero sí podemos relatar que es un buen hilo que tarda algo más de lo deseable en comenzar a desarrollarse, pero que cuando lo hace logra cautivar con la vulnerabilidad de su adorable protagonista y con el confuso look de pesadilla con el que sus responsables constante y conscientemente juegan. Los temas en esta ocasión son mucho más masivos y menos personales que los de la primera secuela, y es que en la historia de Heather se habla de religión o de filosofía de forma constante, pero el argumento es igualmente efectivo.
Tras el lanzamiento del discreto Downpour, y a pesar de que uno de sus puntos fuertes es su compacto argumento, resulta agradable recordar quién hizo grande a una de las grandes sagas survival horror y que aspectos como la sutileza en el tratamiento de los temas y la complejidad argumental los hizo mucho más fuertes que las mucho más directas nuevas entregas. Resulta difícil captar todas las texturas y las, en ocasiones, intrincadas relaciones entre unos y otros episodios la primera vez que los superamos por la habilidad de sus responsables a la hora de esconder los puntos importantes de su guión; pero precisamente ahí crece la saga, en la exploración constante de sus recovecos argumentales, y es que, como un buen disco, un Silent Hill se disfruta más en la "segunda escucha", y más aún en la tercera y todavía más en la cuarta...
Restless DreamsLa experiencia jugable de los dos títulos sigue, por suerte, intacta en Silent Hill HD Collection, y es que la intención de Konami con esta remasterización ha sido la de no reducir ni un ápice del carisma de puzles, combates y exploración de los originales. El esquema de control, de hecho, ha sido siempre una de las polémicas de la saga, y es que la pretensión de lograr unos héroes cercanos y creíbles acabó desembocando en un manejo premeditadamente torpe y tosco.
Este problema no ha sido solucionado con la transición al formato HD, como era lógico esperar, pero a ojos de los más veteranos a buen seguro tampoco hacía falta. Algunas veces nos hemos posicionado en contra del hecho de mantener en las últimas entregas este tipo de anacrónicos planteamientos, sería algo así como pensar que los shooters de la actualidad debieran ser respetuosos con los controles planteados por Wolfenstein 3D en 1992. Pero si el juego de id Software era una joya a comienzos de los noventa y sigue siéndolo ahora, idéntica conclusión puede extraerse de las joyas de Konami: eran videojuegos imprescindibles cuando se lanzaron, y siguen siéndolo ahora a pesar de sus toscos controles.
Pero, para los neófitos, ¿de qué torpezas hablamos? Tanto James como Heather son dos héroes de la calle, dos personas nada acostumbradas a manejar armas y que, con ellas, en las manos son del todo inexpertos y nada efectivos. Esto supone que situaciones habituales en videojuegos como, por ejemplo, lidiar con dos monstruos al mismo tiempo y acabar con ellos pueden resultar absolutamente dramáticas en un Silent Hill, lo que hace que la habitualmente denostada táctica de la cobarde huída no sólo no sea nada vergonzante en la saga que nos ocupa, sino que en muchas ocasiones resulte francamente recomendable.
Más terror psicológico e irracional que sustos... Silent Hill devuelve su genial fórmula survival horror con dos títulos emblemáticos.
Como en cualquier survival horror que se precie las armas son un bien de lo más valioso en Silent Hill 2 y 3, pero también como suele ser costumbre éstas son escasas y abundan principalmente en su formato cuerpo a cuerpo, siendo todavía más exiguas en los casos de las de fuego. Por si fuera poco nuestros dos héroes no ayudan mucho en su uso, y es que habitualmente fallan disparos fáciles, les cuesta dios y ayuda recuperar la compostura tras golpear con alguna tubería o estaca, se agotan, tardan en recuperarse tras el golpe de alguna criatura...
El combate suele ser premeditadamente frustrante, y es que se trata de transmitir la sensación de que nuestros protagonistas no son superhéroes sino gente corriente. Además, por si fuera poco, el juego es difícil pero también transigente... nos permite, como ya hemos dicho, salir huyendo en determinadas circunstancias, y si nosotros somos torpes las siniestras criaturas a las que plantamos cara no nos andan a la zaga, con una IA bastante pobre y unos movimientos también bastante lentos que equilibrarán nuestro hándicap con los controles y con una cámara en ocasiones espectacular y en otras... completamente inútil. Los combates nunca dejan de ser angustiosos por ello, el nivel de dificultad es ajustable al comienzo de la partida, pero existen toda esta serie de trucos y ases en la manga que podemos usar para voltearlos a nuestro favor.
Por otra parte los rompecabezas son el otro factor que se puede modificar desde el menú de dificultad al inicio de la partida, y siempre han sido una de las claves de la saga que, por desgracia, han ido perdiendo fuerza con el avance de ésta. Los desafíos son complicados y, en el nivel más alto de exigencia, verdaderamente retadores; algunos de ellos son memorables y otros, de hecho, han quedado grabados ya a fuego en la mente del imaginario colectivo. Algunas veces las pistas para resolverlos son tan rebuscadas que no será raro que muchos aficionados caigan en la tentación de consultar guías, pero haciéndolo se perderían parte del encanto y la recompensa del juego: el ser capaces de superar retos salvajes, tanto de acción como de puzles.
La versión de Silent Hill 2, a modo de agradecida curiosidad, incluye los episodios de María. Añadiendo de esta manera un interesante extra.
Un nuevo universo -Gráficos y Tecnología-A nivel visual la colección ofrece un apartado visual no demasiado mejorado con respecto a lo que vimos en los juegos originales, y es que al margen del cambio de resolución los ajustes son más bien escasos. Se trata de un port de videojuegos de la anterior generación de videoconsolas (PlayStation 2, Xbox...) y como tal la exigencia debe ser más bien reducida, y es que con todo el buen criterio del mundo los aficionados se hubieran levantado en armas contra un lavado de cara que hubiera alterado el carisma o la idiosincrasia de la saga.
A pesar de que entre Silent Hill 2 y 3 sólo hay una diferencia de dos años, lo cierto es que el tercer título presenta un aspecto muy superior al del segundo en prácticamente cualquier consideración estética. En cuanto a dirección artística ambos videojuegos caminan a la par con, probablemente, unos puntos a favor del capítulo protagonizado por Heather debido a su componente mucho más oscuro y bizarro, y a un tratamiento absolutamente genial de unos escenarios que alcanzaron en ese capítulo las cotas máximas de turbación y desazón en el aficionado. Sin embargo ambos son ejemplos de bestiarios extravagantes y escenarios fascinantes.
Sin embargo lo tecnológico no es tan brillante, y empaña de alguna manera el habitual brillo artístico del que gozan los productos de la saga. Cierto que algunos modelados acusan el paso del tiempo, y que los escenarios se muestran más vacíos en el año 2012 de lo que lo hacían en el del lanzamiento de ambos títulos, pero son aspectos ambos a los que restamos importancia en un recopilatorio de estas características. Lo que sí cuesta perdonar son los problemas tecnológicos del programa, y es que elementos como una tasa de imágenes por segundo muy irregular y algunos fondos excesivamente borrosos han resultado ser algo molestos. Los efectos de iluminación sí han sido mejorados y el efecto de la niebla, recordemos que en los originales era una solución técnica para luchar contra la limitada distancia de dibujado, ha sido suavizado.
El diseño de los enemigos no ha envejecido particularmente bien, y las animaciones y acabado acusan el paso de los años.
En cuanto al audio, éste siempre ha sido uno de los puntos fuertes de la franquicia, gracias principalmente al trabajo de Akira Yamaoka al frente tanto de la música como de los siniestros efectos de sonido del programa. El videojuego, además, permite escoger en la segunda parte las voces originales o renovadas en el doblaje en inglés (bastante superior), mientras que el tercero sólo permite disfrutar del nuevo, y ambos títulos comparten la única traducción de sus textos. Hay algunos problemas muy aislados con los efectos y con las voces, que en ocasiones suenan cuando no deben o cuyo tratamiento puede resultar confuso, pero en líneas generales el del sonido es un apartado sobresaliente.